Cuando era chico, Stefano Di Aloy (27), hijo de Amalia “Yuyito” González y César Di Aloy, encontró en el tenis una forma de pasar más tiempo con su padre (conocido entrenador de ese deporte) y de escapar de la exposición mediática de su madre que tanto lo incomodaba. Enseguida, ese refugio se convirtió en su pasión y su estilo de vida, y le permitió conseguir una beca deportiva para estudiar en Estados Unidos. Así, “Toto” –como lo llaman sus íntimos– formó parte del equipo de Georgia Southern University (se graduó en Psicología) y de Indiana Wesleyan University, donde hizo una Maestría en Administración de Negocios. También trabajó como entrenador del equipo universitario de mujeres en Northwestern State, en Louisana, hasta que, a mediados de este año, decidió que era momento de volver a la Argentina y comenzar a escribir un nuevo capítulo de su vida.–¿Cómo fue crecer con una madre famosa?–Para mí era un poco raro que la gente le pidiera fotos o autógrafos en la calle. Yo siempre sentía la necesidad de llevar la atención de mi mamá hacia mí, la abrazaba, le pedía mimos, como que competía constantemente con la atención de la gente. Ella siempre me daba…LA NACION