“Pero todos abusaban de esa nena…”. La frase, pronunciada por uno de los imputados por el crimen de Aralí Vivas al momento de su detención, fue respaldada por los forenses y consolidó la principal hipótesis en la causa. Para los investigadores, a la nena de ocho años asesinada en Córdoba la mataron para ocultar la violación.
En el caso que revolucionó a Brinkmann el 2 de noviembre pasado hay tres detenidos. Uno de ellos es Matías Ezequiel Simeone, el padrastro de la víctima. El segundo sospechoso arrestado y dueño de la frase que reveló el infierno que sufrió Aralí antes de ser asesinada es un amigo del primero, Cristian Hernán Varela. Los dos hombres permanecen presos, por ahora, por homicidio simple.
Por último fue detenida la mamá de Aralí, Rocío Milagros Rauch, acusada por el delito de omisión de cuidados. “Nunca estuvo en condiciones de tener a sus hijos. Hablar con ella no se podía”, observó una prima de la mujer tras la muerte de la nena.
En las últimas horas, el fiscal a cargo de la investigación, Oscar Gieco, recibió un informe de los forenses que decía que “Aralí era víctima de abusos”. Es decir, el día que la mataron no fue la primera vez que la violaron.
“Hay testimonios de dichos espontáneos” de uno de los acusados, quien aseguró que “era costumbre abusar de esa niña”, detalló Gieco, en diálogo con Cadena 3. La frase fue pronunciada durante la detención de Varela y la escucharon tres policías, por lo que la fiscalía evalúa cambiar la carátula del caso a homicidio criminis causa, un ilícito que agravaría las penas de los imputados a prisión perpetua.
El caso
Aralí fue encontrada asesinada el sábado cuando los bomberos de la localidad de Brinkmann fueron alertados por el incendio de una vivienda en la calle Caseros 857. Al sofocar el fuego descubrieron el cuerpo calcinado de la nena.
La autopsia reveló que “no hallaron monóxido de carbono en los pulmones” y presentaba “un traumatismo en la zona craneal”, así como también signos de abuso sexual.
El avance de la causa determinó otro dato escalofriante. Durante casi 14 horas, los dos hermanos de la víctima convivieron con el cuerpo de Aralí. De hecho, uno de los chicos contó que intentó despertarla, pero no pudo.
Tanto Aralí como sus hermanos habían sido restituidos en agosto de este año con su mamá y su padrastro por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) pese a los problemas de adicciones y maltratos.
Fuente: DP