El hallazgo en las últimas semanas de 21 ballenas franca austral muertas en Península Valdés, que llevaron la cifra total de este año a 71, generó un clima de preocupación en esta área Natural Protegida de la provincia de Chubut, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad.
El número de casos ya duplicó a los registrados en 2023 cuando se contabilizaron 30 ejemplares muertos y ratificó un alarmante crecimiento debido a que en 2022 apenas se habían registrado 12.
Según indicó la presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Pirámides y miembro de la red de varamientos, Gabriela Bellazzi, en declaraciones recogidas por el Canal 12 de Puerto Madryn, el fenómeno parece estar vinculado a una toxina natural que genera la denominada “marea roja”.
“Es un fenómeno natural que se da en todos los mares del mundo, aunque el calentamiento de los océanos podría aumentar su frecuencia”, explicó Bellazzi.
Además, sostuvo que la toxina generalmente está relacionada con la actual estación del año y el consecuente aumento de la temperatura del agua del mar. En ese contexto, las ballenas pueden consumir organismos que absorbieron previamente esa toxina.
De acuerdo con un informe elaborado por el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral difundido por el Gobierno del Chubut precisó que entre el 19 y 29 de octubre se hallaron 15 cetáceos adultos (12 hembras, 2 machos, 1 de sexo desconocido), 2 juveniles (1 hembra, 1 de sexo desconocido) y 2 crías machos.
El texto, de acuerdo con lo informado por medios locales, aclara que las muertes pueden deberse “al consumo de algas tóxicas durante una floración algal nociva en el Golfo Nuevo”.
En ese sentido, el informe aclara que se observó “a las ballenas adultas y juveniles alimentándose de manera frecuente en el último mes, etapa que coincide con el final de la permanencia de las madres con sus crías en el área, luego de un prolongado ayuno de varios meses de duración”.
“Si bien las floraciones se dan en forma de parches sobre la zona de alimentación, la causa de mortandad será informada y confirmada con el aislamiento de toxinas de los diferentes órganos de los ejemplares sobre los cuales se realizaron las necropsias”, establecieron los especialistas.
Los trabajos de remoción de los cadáveres, complejos y riesgosos, están siendo llevados a cabo por distintas áreas del Estado provincial como la Dirección de Flora y Fauna y la Administración de Vialidad Provincial, la Administradora del Área Natural Protegida Península Valdés, el municipio de Puerto Pirámides, la Red Fauna y los balleneros que brindan el servicio de avistaje.
Entre otras cosas, intentan evitar que las ballenas muertas lleguen a playas turísticas, como ocurrió hace poco en la Playa de Las Cuevas.
Fuente. Clarin