SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Un estudio internacional comprobó por primera vez en un mamífero que las neuronas del reloj biológico se “remodelan” cada 24 horas. El hallazgo podría ayudar a diseñar tratamientos para trastornos derivados de la disfunción de los ritmos circadianos.A partir de estudios realizados en las llamadas moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), se sabía que las neuronas que controlan el reloj biológico cambian la capacidad de contactar y comunicarse con otras neuronas según la hora del día y los estímulos del ambiente. Pero se desconocía si estas modificaciones estructurales también se producen en el cerebro adulto de los mamíferos.Ahora, un grupo internacional de científicos, liderado por el experto argentino en cronobiología Horacio de la Iglesia, de la Universidad de Washington (Estados Unidos), y en el que participó la investigadora del Conicet Fernanda Ceriani, comprobó que sí. “La importancia de este hallazgo es enorme, porque sugiere que el cerebro adulto muestra un grado de plasticidad mucho mayor al que se pensaba”, comentó Ceriani, jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento de la Fundación Instituto Leloir.Los investigadores explicaron que el reloj biológico es un mecanismo interno que impone un ciclo de 24 horas –ritmo circadiano– a las funciones básicas…LA NACION