BRASILIA.- “Toda persecución acelera el proceso. Están metiéndose con la persona equivocada”, dijo Pablo Marçal apenas sufrió el bloqueo de todas sus redes sociales, denunciado por pagar a usuarios para que compartieran sus publicaciones. Fiel a su estilo, el empresario y candidato a alcalde de San Pablo reapareció en otra cuenta para desafiar a las autoridades, con una imagen que lo mostraba con una mordaza en la boca en la que estaba escrito “el sistema”.Idolatrado por unos y tildado de delincuente por otros, Marçal, de 37 años, se ha convertido en el fenómeno de las elecciones municipales brasileñas. Con un discurso antipolítica agresivo cultivado en redes, este influencer vivió este año un crecimiento vertiginoso e irrumpió en la carrera por la alcaldía paulista, que se perfilaba como un duelo polarizado entre el actual alcalde, Ricardo Nunes, y el izquierdista Guilherme Boulos, candidato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.En el último sondeo de Datafolha, Marçal apareció en tercer lugar con el 19% de las intenciones de voto, detrás de Boulos (25%) y Nunes (27%), marcando un leve retroceso respecto a las últimas semanas.Con 13 millones de seguidores en Instagram, donde se presenta como un “siervo del pueblo” y “próximo alcalde”…LA NACION