¿Alguna vez te despertaste sintiendo las manos entumecidas con los dedos y las muñecas en posición de garra? Esto, conocido coloquialmente como “manos de dinosaurio”, afecta a un número sorprendente de personas, independientemente de su edad o su estado de salud. Pero, ¿qué hay detrás de esta peculiar postura nocturna?Contrariamente a lo que se podría pensar, dormir con los puños apretados o las muñecas dobladas no es simplemente una cuestión de comodidad. Los expertos sugieren que esta posición está íntimamente ligada a los niveles de cortisol en nuestro organismo.El cortisol, conocida como la hormona del estrés, se produce en las glándulas suprarrenales y juega un papel crucial en nuestra respuesta a situaciones de amenaza, sean estas reales o percibidas. En condiciones normales, los niveles de cortisol siguen un ritmo circadiano, disminuyendo por la noche para facilitar el sueño y aumentando gradualmente hasta alcanzar su pico máximo en las primeras horas de la mañana.Sin embargo, cuando nuestros hábitos de sueño son deficientes o estamos sometidos a altos niveles de estrés, este delicado equilibrio se altera. El resultado: un exceso de cortisol que se manifiesta, entre otras formas, en esa peculiar posición de las manos durante el sueño.Ssstik.io @Yorchh 1726073769341De todas maneras,…LA NACION