Entre las guerras que libra Javier Milei, las más claras se dan en el terreno de la matriz macroeconómica y productiva de la Argentina. En el mercado de las ideas y de los debates en torno a lo simbólico, sigue mucho más flojo de papeles. Prueba de lo primero es la historización de los mitos argentinos en torno a la industria que Milei hizo ayer en la Unión Industrial Argentina (UIA). Una desmitificación, por supuesto, de las supuestas bondades del proteccionismo industrial planteado a viva voz en los oídos de algunos de los hombres más poderosos de la alta burguesía nacional. Algunos de ellos, representantes de una industria argentina que fue parte del paroxismo de ese proteccionismo y se convirtió en el ejemplo de los efectos más oscuros de ese modelo de, en palabras de Milei, “tutela viciosa” del Estado, la corrupción y el Estado como botín.En los primeros años del regreso de la democracia, la opinión pública le puso el nombre a una de las versiones de ese modelo: “la patria contratista”. Desde hace años, la etiqueta preferida es “capitalismo de amigos”.Revisarán si vuelven a inhibir los bienes de Alberto Fernández y los acusados en el caso de los…LA NACION